Corea del Sur: 780,000 embriones creados en 2024, la polémica de Lee Si-young reaviva el debate sobre la FIV

Jul 17, 2025
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Corea del Sur: 780,000 embriones creados en 2024, la polémica de Lee Si-young reaviva el debate sobre la FIV

La Nueva Normalidad: La FIV se Convierte en Rutina en Corea del Sur

¿Sabían ustedes que Corea del Sur se ha convertido en uno de los países líderes mundiales en tratamientos de fertilización in vitro? Los números son realmente impresionantes: en 2024, se crearon nada menos que 783,860 embriones a través de procedimientos de FIV, lo que representa un aumento del 83.2% comparado con los 427,818 embriones de 2019. Esta cifra nos muestra cómo la tecnología reproductiva ha pasado de ser un tratamiento especializado a convertirse en una opción mainstream para las parejas coreanas que enfrentan problemas de fertilidad.

El crecimiento ha sido constante y acelerado. Desde 2016, cuando se crearon 334,687 embriones, los números han aumentado cada año, superando por primera vez los 500,000 en 2021 con 550,724 embriones. El año pasado, el incremento fue particularmente notable: un 30.7% más que en 2023, cuando se registraron 599,851 embriones. Esta tendencia refleja no solo el avance tecnológico sino también cambios profundos en la sociedad coreana.

El profesor Koo Seung-yup del Hospital de la Universidad Nacional de Seúl explica este fenómeno: Como la edad de matrimonio está aumentando, las personas solteras muestran mayor interés en la congelación de óvulos, mientras que las parejas casadas se interesan más en la congelación de embriones. El desarrollo de la tecnología médica, la mayor accesibilidad y el apoyo financiero del gobierno también han influido. Esta realidad coincide con la tasa de fertilidad más baja del mundo en Corea del Sur, que alcanzó 0.72 en 2023, convirtiendo la reproducción asistida en una herramienta vital para la sostenibilidad demográfica del país.

Cifras Impactantes: La Realidad de la Creación y Eliminación de Embriones

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Los números detrás de la industria de FIV en Corea del Sur revelan tanto esperanza como preocupaciones éticas significativas. Al final de diciembre de 2024, las instituciones médicas del país almacenaban 383,520 embriones congelados, junto con 133,926 óvulos no fertilizados y 56,967 viales de esperma. Estas cifras representan los sueños de miles de familias y la sofisticada infraestructura que respalda la industria de fertilidad coreana.

Sin embargo, las estadísticas también revelan una realidad preocupante: la gran mayoría de los embriones creados nunca se utilizan. En 2024, se desecharon 533,266 embriones, más del doble de los 260,506 eliminados en 2019. Esto representa un aumento del 104.7% en la eliminación de embriones durante cinco años, planteando profundas preguntas éticas sobre la mercantilización de la vida potencial.

Las razones para el descarte varían: algunos embriones se consideran inadecuados para el embarazo, otros exceden el límite legal de almacenamiento de cinco años, y algunos se desechan por solicitud de los titulares del consentimiento. Mientras tanto, las transferencias reales de embriones han aumentado pero a un ritmo más lento. En 2024, se transfirieron 201,496 embriones para intentos de embarazo, un aumento del 31.9% respecto a los 152,761 de 2019. Esto significa que por cada embrión transferido, aproximadamente 2.6 embriones se desechan, destacando la ineficiencia inherente en las prácticas actuales de FIV.

El Caso Lee Si-young: Cuando el Consentimiento se Convierte en Controversia

El debate sobre la ética de los embriones alcanzó su punto álgido en julio de 2025 cuando la actriz Lee Si-young anunció su embarazo utilizando un embrión congelado creado con su ex-esposo, a pesar de la oposición de él. El anuncio en redes sociales envió ondas de choque a través de la sociedad coreana, encendiendo debates apasionados sobre la autonomía reproductiva, los derechos paternos y la ética del uso de embriones sin consentimiento conyugal.

Lee Si-young explicó su decisión: Cuando nuestra relación legal se estaba finalizando y se acercaba el período de almacenamiento de cinco años, no pude traerme a desechar el embrión que estaba a punto de expirar. Su ex-esposo inicialmente se opuso al embarazo pero posteriormente declaró que cumpliría con sus responsabilidades como padre, aunque confirmó que el procedimiento se realizó sin su consentimiento.

La controversia expuso una laguna significativa en la Ley de Bioética y Seguridad de Corea del Sur. Mientras que la ley requiere consentimiento por escrito de ambas partes al crear embriones, no contiene disposiciones sobre el consentimiento para transferir embriones ya creados. Los expertos legales señalaron que Lee Si-young no enfrentó consecuencias legales por sus acciones, ya que no existen medidas punitivas para la transferencia de embriones sin consentimiento conyugal. Esta brecha legal ha provocado llamados para una reforma integral de la legislación reproductiva para abordar los complejos problemas éticos y legales que rodean la propiedad y los derechos de uso de embriones.

Reacciones de la Comunidad: Opiniones Divididas sobre los Derechos Reproductivos

El caso de Lee Si-young ha dividido la opinión pública coreana, con comunidades online y plataformas de redes sociales llenas de debates acalorados. Los partidarios argumentan que las mujeres deberían tener autonomía sobre los embriones creados a partir de su material genético, especialmente cuando enfrentan fechas límite de eliminación. Enfatizan el costo físico y emocional de los procedimientos de FIV y creen que se deben respetar los instintos maternos de Lee Si-young.

Los críticos, sin embargo, plantean preocupaciones sobre los derechos de los padres reacios y el potencial de abuso. Argumentan que proceder con el embarazo sin consentimiento paterno viola el principio de acuerdo mutuo en las decisiones reproductivas y podría crear complicaciones legales para la manutención infantil y la custodia. Algunos comentaristas se preocupan de que tales casos puedan sentar precedentes peligrosos para decisiones reproductivas unilaterales.

Las comunidades online coreanas han sido particularmente vocales sobre el tema. Los cafés de mamás presentan numerosas discusiones sobre dilemas similares, con muchas mujeres compartiendo sus propias luchas con embriones congelados sobrantes después del divorcio o separación. Las conversaciones revelan la complejidad emocional de estas decisiones, ya que muchas mujeres expresan dificultad para desechar embriones que ven como niños potenciales. Las comunidades religiosas también han intervenido, con grupos católicos oponiéndose a la destrucción de embriones y pidiendo mayor protección de la vida embrionaria.

Respuesta del Gobierno e Iniciativas de Reforma Política

El Ministerio de Salud y Bienestar ha reconocido la necesidad de reforma política en respuesta a las crecientes complejidades de la reproducción asistida. Un funcionario del ministerio declaró que están considerando discusiones con expertos sobre la mejora de procedimientos para abordar las brechas legales y éticas expuestas por controversias recientes. Esto representa un cambio significativo en el enfoque gubernamental hacia la regulación de la tecnología reproductiva.

El gobierno ha estado expandiendo simultáneamente el apoyo para tratamientos de fertilidad como parte de su estrategia integral para abordar la crisis demográfica de Corea. Las autoridades de la ciudad de Seúl han eliminado los requisitos de residencia y las restricciones basadas en la edad para los subsidios de tratamientos de fertilidad, aumentando el número de pagos de subsidios de 22 a 25 anualmente. La ciudad también lanzó un programa de subsidios para la congelación de óvulos, proporcionando hasta 2 millones de won para mujeres que desean preservar su fertilidad.

En abril de 2025, el Ministerio de Salud anunció un nuevo programa para subsidiar la congelación de óvulos y esperma para pacientes que enfrentan infertilidad inducida médicamente, cubriendo el 50% de los costos de bolsillo. Estas iniciativas demuestran el compromiso del gobierno de apoyar las opciones reproductivas mientras lucha con las complejidades éticas de la tecnología de reproducción asistida. El desafío radica en equilibrar los derechos reproductivos individuales con los estándares éticos societales y los marcos legales.

Contexto Global y Implicaciones Futuras

El boom de FIV de Corea del Sur refleja tendencias globales en reproducción asistida, pero su escala y desafíos éticos son únicos. La tasa de fertilidad del país de 0.72 es la más baja del mundo, haciendo que las tecnologías de reproducción asistida sean cruciales para la sostenibilidad demográfica. Las comparaciones internacionales revelan que el enfoque de Corea hacia el almacenamiento y eliminación de embriones es más restrictivo que muchos países occidentales, con el límite de almacenamiento de cinco años siendo más corto que el estándar de 10 años adoptado por la mayoría de las naciones desarrolladas.

La decisión del Tribunal Constitucional de Corea de 2010 de que los embriones no son seres humanos y pueden ser utilizados para investigación o destruidos después de cinco años proporciona la base legal para las prácticas actuales. Sin embargo, esta decisión sigue siendo controvertida, con defensores pro-vida y grupos religiosos continuando desafiando la mercantilización de la vida embrionaria. La postura del tribunal contrasta marcadamente con enfoques más restrictivos en otros países, donde los embriones reciben mayor protección.

Mirando hacia el futuro, Corea enfrenta el desafío de modernizar su legislación reproductiva para abordar las realidades contemporáneas mientras mantiene estándares éticos. La controversia de Lee Si-young ha acelerado los llamados para una reforma integral, con legisladores proponiendo procedimientos de consentimiento más detallados y directrices más claras para la propiedad y derechos de uso de embriones. A medida que la tecnología de FIV continúa avanzando y las actitudes sociales evolucionan, el enfoque de Corea hacia la ética de embriones probablemente servirá como modelo para otras naciones que enfrentan desafíos similares. La resolución de estos debates tendrá implicaciones duraderas para los derechos reproductivos, el derecho familiar y el marco ético más amplio que gobierna la reproducción asistida en el siglo XXI.

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