La Tragedia de Chandra Kumari Gurung: Desaparecida tras 6 años de injusta reclusión en hospital psiquiátrico coreano

El Error Fatal que Cambió una Vida para Siempre
En noviembre de 1993, lo que comenzó como un simple malentendido en un restaurante de fideos de Seúl se convertiría en una de las violaciones de derechos humanos más impactantes de Corea del Sur. Chandra Kumari Gurung, una trabajadora migrante nepalí de 36 años, se encontró atrapada en una pesadilla que duraría más de seis años. Trabajando legalmente como asistente de costura en una fábrica textil en Gwangjin-gu, Seúl, Chandra había llegado a Corea en 1992 con una visa de corta duración legítima para ganar dinero para su familia en Nepal.
El día fatídico llegó cuando Chandra visitó un bar de aperitivos local para comer ramen. Solo después de terminar su comida se dio cuenta de que había olvidado su billetera. Sus limitadas habilidades en el idioma coreano le impidieron explicar adecuadamente la situación al dueño de la tienda, quien inmediatamente llamó a la policía, asumiendo que estaba intentando comer sin pagar. Los oficiales que respondieron, al ver su apariencia desaliñada y rasgos asiáticos, la clasificaron erróneamente como una vagabunda ciudadana coreana en lugar de una trabajadora extranjera.
En solo un día, Chandra fue transferida de la Estación de Policía de Dongbu al Hospital Mental de Cheongnyangni. Las autoridades nunca consideraron que esta mujer, que parecía coreana pero hablaba un coreano quebrado, podría ser en realidad una ciudadana extranjera. Este trágico descuido le costaría a Chandra los próximos seis años y cuatro meses de su vida.
La Pesadilla del Hospital Mental: Seis Años de Sufrimiento

En el Hospital Mental de Cheongnyangri, los miembros del personal no tenían idea de que Chandra era nepalí e incluso le dieron el nombre coreano 'Seonmiya'. Posteriormente fue transferida al Centro de Protección de Mujeres de Seúl y finalmente al Hospital Mental de Yongin. A pesar de sus súplicas desesperadas en coreano quebrado diciendo 'Soy nepalí' y 'Mi pasaporte y visa están en la fábrica donde trabajaba', nadie escuchó sus gritos.
El personal del hospital la trató como mentalmente enferma, sometiéndola a medicación forzada y restricciones. Durante más de seis años, Chandra soportó un sufrimiento inimaginable: sus manos fueron atadas, fue medicada a la fuerza y vivió en constante miedo y confusión. Los profesionales médicos desestimaron sus afirmaciones sobre ser nepalí como delirios de una persona mentalmente inestable.
Durante este tiempo, la madre de Chandra en Nepal, devastada por las noticias de la desaparición de su hija, enfermó por el shock y falleció en 2001. Chandra nunca volvería a ver a su madre, agregando otra capa de tragedia a una situación ya desgarradora. Las autoridades coreanas habían fallado en investigar adecuadamente cuando los trabajadores nepalíes presentaron reportes de persona desaparecida sobre su colega.
El Descubrimiento Tardío y la Liberación
La verdad finalmente emergió durante una consulta psiquiátrica cuando un médico comenzó a sospechar que Chandra podría ser en realidad nepalí en lugar de mentalmente enferma. En marzo de 2000, después de 6 años y 4 meses de encarcelamiento injusto, Chandra fue finalmente liberada. El avance llegó a través de la organización Nepal Community y el Profesor Lee Geun-hu del departamento de neuropsiquiatría del Hospital de la Universidad Ewha Womans, quien creyó su historia y ayudó a verificar su identidad.
Para el momento de su liberación, Chandra había sido oficialmente declarada desaparecida en Nepal, y su madre ya había muerto por el shock de perder a su hija. Los medios coreanos cubrieron extensamente este caso impactante, trayendo atención nacional a las fallas sistémicas que habían permitido que ocurriera tal grave injusticia. El caso destacó problemas serios con el trato de Corea hacia los trabajadores extranjeros y la falta de servicios de interpretación adecuados en las instituciones gubernamentales.
La Comunidad Nepal había estado buscando a Chandra durante años, incluso presentando reportes de persona desaparecida con la policía coreana, pero sus preocupaciones fueron en gran medida ignoradas por los burócratas coreanos. Este caso expuso la insensibilidad cultural y la discriminación sistemática que enfrentaban los trabajadores extranjeros en la Corea de los años 90.
Batalla Legal y Compensación Financiera
Después de su liberación, Chandra emprendió acciones legales contra el gobierno coreano por la grave injusticia que había sufrido. El 5 de noviembre de 2002, la División de Acuerdo Civil 13 del Tribunal de Distrito de Seúl falló a favor de Chandra, ordenando al gobierno coreano pagar 26 millones de won en daños. Sin embargo, varias fuentes indican que finalmente recibió 28.6 millones de won a través de la demanda.
La victoria legal fue significativa no solo para Chandra sino para establecer un precedente sobre la responsabilidad del gobierno coreano de proteger los derechos de los trabajadores extranjeros. El tribunal reconoció que el estado había fallado en su deber de identificar y proteger adecuadamente a un residente extranjero legal, llevando a años de detención ilegal y trauma psicológico.
Más allá de la compensación gubernamental, ciudadanos y organizaciones coreanas, conmovidos por la trágica historia de Chandra, recaudaron aproximadamente 18 millones de won en donaciones para apoyarla. Este esfuerzo de recaudación de fondos de base demostró el genuino remordimiento del público coreano y el deseo de enmendar la injusticia que su conciudadana había soportado. La cantidad total que Chandra recibió, combinando compensación legal y donaciones públicas, fue sustancial según los estándares nepalíes de principios de los 2000.
La Maldición de la Riqueza: Acoso y Explotación
Lo que debería haber sido un nuevo comienzo para Chandra rápidamente se convirtió en otra pesadilla. El dinero de compensación, aunque representaba justicia por su sufrimiento, se convirtió en una maldición en el contexto económico de Nepal. Con el ingreso anual per cápita de Nepal siendo menos de 800 dólares (aproximadamente 900,000 won) en ese momento, las decenas de millones de won que Chandra recibió representaban una fortuna enorme.
Las noticias de la compensación de Chandra se extendieron por todo Nepal, atrayendo la atención de varios oportunistas y criminales. Estafadores, parientes lejanos e incluso rebeldes maoístas comenzaron a atacarla, exigiendo dinero y amenazando con violencia. Las mismas personas que deberían haberla apoyado en su recuperación la vieron como una fuente de dinero fácil.
Según los reportes, muchos locales vieron la compensación como 'dinero fácil' en lugar de reconocimiento del tremendo sufrimiento que Chandra había soportado durante más de seis años en un hospital mental extranjero. Esta actitud hirió profundamente a Chandra y a aquellos que entendían el verdadero costo de su calvario. El acoso se volvió tan severo que amenazó su seguridad física y bienestar mental.
Desaparición y Misterio Actual
Incapaz de soportar el acoso constante y las amenazas, Chandra tomó la difícil decisión de dejar su ciudad natal y esconderse. La mujer que ya había perdido seis años de su vida por encarcelamiento injusto se vio obligada a abandonar su comunidad y vivir en secreto. Incluso en Nepal, nadie conoce actualmente el paradero de Chandra o lo que está haciendo.
Esta desaparición representa la tragedia final en la historia de Chandra: incluso después de recibir justicia y compensación, no pudo encontrar paz en su tierra natal. El mismo dinero destinado a ayudarla a reconstruir su vida se convirtió en la razón por la que tuvo que abandonarla por completo. Su caso sirve como un recordatorio severo de que la justicia y la compensación, aunque importantes, no siempre pueden deshacer la compleja red de consecuencias que siguen a injusticias tan profundas.
A partir de 2025, Chandra Kumari Gurung permanece desaparecida, su historia sirviendo como un poderoso recordatorio de la importancia de proteger a las poblaciones vulnerables y asegurar servicios de interpretación adecuados para residentes extranjeros. Su caso continúa siendo estudiado en círculos de derechos humanos y ha influenciado políticas sobre el trato de trabajadores extranjeros en Corea.
Legado y Lecciones para la Corea Moderna
La historia de Chandra fue inmortalizada en el cortometraje del director Park Chan-wook 'Believe It or Not, The Case of Chandra' (믿거나 말거나, 찬드라의 경우), que fue parte de la película omnibus 'Six Perspectives'. Este tratamiento cinematográfico ayudó a asegurar que su historia no fuera olvidada y continuó creando conciencia sobre la discriminación contra trabajadores extranjeros.
El caso destacó varios problemas críticos en la sociedad coreana: la falta de sensibilidad cultural hacia los trabajadores extranjeros, servicios de interpretación inadecuados en instituciones gubernamentales, y la tendencia a categorizar a las personas basándose en la apariencia en lugar de investigar sus circunstancias reales. Estos problemas reflejaron problemas más profundos de actitudes lingüísticas jerárquicas y homogeneidad cultural que dificultaron que los coreanos imaginaran que alguien que parecía coreano podría hablar un idioma diferente.
Hoy, mientras Corea continúa dando la bienvenida a trabajadores extranjeros e inmigrantes, el caso de Chandra sirve como un recordatorio crucial de la necesidad de reformas sistémicas. Su historia demuestra cómo las barreras idiomáticas, los malentendidos culturales y la negligencia institucional pueden combinarse para crear consecuencias devastadoras para individuos vulnerables. El caso permanece relevante mientras Corea lucha con la creciente diversidad y los desafíos de construir una sociedad verdaderamente inclusiva.
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